sábado, 28 de abril de 2012

Presentación de la Asociación Memoria Navas de Tolosa en Jaén

El pasado sábado 21 de abril se presentó oficialmente en el Parador de Jaén la Asociación Memoria Navas de Tolosa en un acto que contó con la intervención de D. Guillermo Rocafort como conferenciante principal y la presencia de autoridades de La Carolina.

En primer lugar, y ante una sala con una notable asistencia, Mario Martos presentó la Asociación, destacando los objetivos de la misma y emplazando al público a los actos centrales de conmemoración de la Batalla de Las Navas de Tolosa que tendrán lugar los próximos días 6, 7 y 8 de julio en el municipio jiennese de La Carolina.

Posteriormente, Jorge Galán realizó una breve intervención durante la cual transmitió a los asistentes la razón de ser de la Asociación: conmemorar desde el ámbito ciudadano y de manera autónoma el VIII centenario de la Batalla. Destacó los dos elementos principales que guiarán la actuación del colectivo, y que consisten en la independencia permanente, proyectada en la autofinanciación, y la fidelidad a los hechos históricos.

D. Guillermo Rocafort, historiador y economista, profesor de la Universidad Carlos III y colaborador en diferentes medios de comunicación ofreció la conferencia principal. A lo largo de su exposición ubicó la Batalla de Las Navas en el contexto histórico de la Reconquista, subrayó las características principales de los participantes, así como los hechos militares más relevantes, para acabar concluyendo con la importancia del acontecimiento como el más decisivo de toda una época. Tras su brillante intervención, se abrió un turno de preguntas durante el cual respondió a diferentes cuestiones planteadas por parte del público asistente.

El acto culminó con un piscolabis ofrecido por la Asociación  en el que se invitó a los asistentes a un vino español acompañado de canapés en el marco incomparable de la terraza del Parador del Castillo de Santa Catalina.

La buena respuesta en cuanto a asistencia así como la calidad de la conferencia ofrecida por D. Guillermo Rocafort permiten hablar de éxito en el inicio de la andadura de la Asociación Memoria Navas de Tolosa. Que continuará presentándose en otras ciudades de España de manera previa a los actos centrales de julio.

Desde aquí aprovechamos la ocasión  para invitar a todos aquellos interesados en formar parte de una conmemoración única e irrepetible para que se unan a este proyecto. Sus puertas, como siempre, están abiertas.

¡Vive la Batalla!

Fotos del evento en: http://www.flickr.com/photos/77635746@N06/sets/72157629532236518/

jueves, 26 de abril de 2012

Historia de Budapest: El Águila Turul, Soleiman y los 300 españoles

Árpád
Tenía guardadas unas líneas  que son de especial importancia, para mí como para cualquier amante de la historia. Debido a su riqueza histórica  y como veréis también a su nexo entre el pueblo magiar y español, el cual descubrí a través de la crónica de la gente de Alfonso X,  a su paso por Budapest y a los que desde aquí agradezco. De este modo, quiero contaros brevemente la historia de un pueblo enigmático como el magiar, y una ciudad, Budapest, que sin conocer su pasado no merece la pena ser visitada. Con ello espero que los futuros visitantes  aprovechéis estas líneas para llenar de significado la tierra que pisáis. O simplemente para el curioso lector conocer un poco de la rica cultura de un pueblo bastante desconocido en España.
Budapest como muchos sabrán es la capital de Hungría y está formada por Buda y  Pest, pueblos que se unierón en 1873 y que están divididos por el río Danubio. Se sitúa en lo que se conoce como cuenca panónica o carpatiana al estar rodeado por estos montes, sin embargo sus tierras son llanas formando una extensa planicie, donde según los registros se produjo el primer asentamiento hacia el 90 d.c. bajo el nombre de  Aquincum. Aquí, el emperador Trajano, decidió convertirla en la capital de la Panonia inferior. A fines del  siglo IV, Roma perdió Panonia, como gran parte de su imperio que fue ocupada sucesivamente por germanos, hunos y ávaros.
Tiempo más tarde, la tradición sitúa aquí la llegada, desde los confines de Europa , de las Siete tribus magiares aglutinadas bajo la corona del Rey Árpád en una federación tribal denominada On-Ogur (diez flechas), vocablo del que procede el nombre de la nación húngara. 


Turul
Según narran las primitivas leyendas magiares, el Turul, ave mitológica parecida a un águila que sostiene una espada entre sus garras, guió a la estirpe de Árpád desde los inhóspitos Urales hasta las fértiles estepas panónicas. El bisnieto de Árpád, Vajk, fue coronado rey en el año 1000, abrazando el cristianismo y  bautizado como Esteban I. San Esteban, el patrón de Hungría, celebra su día cada 20 de agosto en su fiesta nacional. En su honor esta consagrada la imponente basílica de San Esteban (en frente de mi casa), y en la formidable fortaleza del Bastión de los Pescadores que preside Buda, se puede encontrar su estatua ecuestre. Allí encontraremos 7 torres que simbolizan las 7 tribus magiares que llegaron a Hungría hace hoy ya más de mil años.

La dinastía de Arpad reinó a lo largo de 300 años dando paso a otra serie de Reyes de diferentes casas siempre ligadas al catolicismo. Esto fue Hasta 1526 cuando Hungría cayó en manos del Imperio Otomano por su famoso sultán, Soliman el Magnífico. Y es que el reino húngaro se había convertido durante varios siglos en el "bastión de defensa del Cristianismo" frente al Imperio Otomano.

El Conde Juan Hunyadi, conocido como "El gran derrotador de turcos", mantuvo las fuerzas musulmanas alejadas de Europa Central de manera exitosa durante un tiempo. Su hijo fue el ya comentado en estas páginas Matías Corvino que  creó uno de los ejércitos de mercenarios más grandes de su época, el Ejército Negro logrando no solo mantener a los turcos fuera sino expandir las fronteras del reino. Tras la muerte del rey Matías, el reino sin sucesor cayó en una trágica crisis, que afectó politica, económica y militarmente al reino. la nueva Casa reinante de los Jagellón (originarios de Lituania) no prevalecieron sobre la nobleza húngara, y sus reinados débiles crearon el escenario ideal para su posible derrota.
Jenízaros
De esta manera, Solimán que venía desde lejos avanzó hacia Belgrado, y habiendo derrotado a búlgaros, serbios y bizantinos se plantó en Buda con su ejercito encabezado por los temibles jenízaros. Era un momento de vital importancia pues Hungría era la única fuerza de importancia que podía bloquear su expansión por Europa.
Y fue en 1526 cuando las tropas del Rey Luis II de Hungría, fueron derrotadas en la batalla de Mohacs cayendo Buda en manos del Imperio Otomano. Quedaban por delante 150 años de asentamiento turco en Hungría .
Curiosamente este Luis II que murió en la batalla se había casado 4 años antes con Maria de Habsburgo que era hermana de nuestro emperador español Carlos V. Uniendo en consangueneidad a las monarquías españolas y austriacas. Luego, Fernando I, que era hermano de Carlos V fue designado sucesor de Luis II como Rey de Hungria. Mencionar que este Fernando I nació en Alcalá de Hernares, por  si os preguntasen si alguno de Alcalá reinó en Hungría, la respuesta es casi.
Fueron las tropas de Carlos V las que evitaron en varias ocasiones las incursiones del ejercito otomano hacia Viena, que era el objetivo de los poderosos ejercitos turcos.
Aquí nos paramos pues cabe decir todos estos personajes mencionados hasta ahora (a excepción de Solimán por razones obvias), se pueden encontrar en diferentes puntos de Budapest y constituyen la historia pasada de la ciudad (o parte de ella). Lo que no esperaba, ni yo ni cualquier otro viajante despistado es encontrar una placa en lengua castellana en pleno corazón de la ciudad. Y tiene mucho que ver con el fin de los turcos en Hungría, su historia es esta: En 1686 se formó una coalición de reinos cristianos liderada por Carlos de Lorena y Eugenio de Saboya que atacó la presencia turca de Hungría, expulsándolos definitamente del país. Fue en la decisiva batalla por la plaza de Buda donde 300 españoles, hechizados por el ideal caballeresco y el espíritu de cruzada y capitaneados por don Félix de Astorga fueron los primeros en atravesar la muralla y penetrar en la ciudad, que a partir de ese día sería cristiana para siempre. Y es que en eso de reconquistar tierras a musulmanes los españoles ya teníamos algunos siglos de experiencia. . La citada placa esta depositada en el lugar exacto de la muralla dejando constancia de ello.

Al contemplar la placa, a miles de kilómetros de mi tierra y en perfecto castellano, uno se congratula (al menos yo) al admirar tal hazaña y comprender  que se debería apreciar un poco la historia del pueblo español defenestrada con demasiada frecuencia. 

Hasta aquí llega esta parte de historia que espero poder continuar en un futuro próximo.
http://hungaritopum.blogspot.com

jueves, 19 de abril de 2012

El 14 de abril y la caza de elefantes


Ya es casualidad que en fechas posteriores al aniversario de la proclamación de la II República, el soberano vuelva a hacer más por la República que todos los republicanos juntos.
Una vez más se vuelve a demostrar lo trasnochado y anacrónico de un régimen que con  los tiempos que corren debería cuando menos actuar de manera sensata y transparente. Ya han pasado 82 años desde el intento de instaurar en España una república, una república que era necesaria para acabar con la deriva de una España que bajo la monarquía no asumía las importantes reformas estructurales que le hacían falta para salir de un estado de pobreza y desigualdad social, ante esto la derecha la odió desde su nacimiento por afectar a sus intereses personales y la izquierda la hizo suya de tal manera que solo la entendía como un paso para imponer su “ dictadura del proletariado”, así se perdió una oportunidad.
La situación actual no es comparable con aquella, pero sí lo es la misma actitud de la derecha y de la izquierda, la primera sin querer oír hablar de republica y la segunda empeñada en que es suya y solo puede existir según ellos la entienden, es ahora cuando se vuelve a demostrar que la monarquía no es acorde con los tiempos actuales, es ahora cuando se deben de hacer oír posiciones que creen en la posibilidad del sistema republicano como expresión del pueblo soberano, pero a su vez no convertirlo en un cheque en blanco para posiciones defendidas desde la izquierda, más próximas a repúblicas bananeras que a naciones con miras en el S. XXI.

“Se puede ser patriota sin ser monárquico y republicano sin ser de izquierdas”

Maese Pérez

martes, 10 de abril de 2012

Bécquer grafitero

Noche. Dos jóvenes pasean al azar por las desiertas calles de Toledo. Los sombríos muros del barrio conventual recogen y amplifican el murmullo de sus botines sobre el empedrado. Se detienen extasiados una vez más ante la serena belleza de la portada plateresca del convento de San Clemente el Real. Tras ellos, una escalera de mano arrimada a la pared -utilizada por los serenos para limpiar y encender los faroles de aceite del alumbrado público- invita a la acción. Bajo una luz incierta, apoyan los largueros sobre el friso de caliza. La ligera pendiente de la calle dificulta su colocación. Por turnos, escriben con un lápiz sus nombres en la piedra; luego, se abrazan emocionados para celebrar el acto y marchan.

Uno de aquellos jóvenes es Gustavo Adolfo Bécquer, y el hecho pudo ocurrir en la segunda mitad de 1857, cuando su proyecto editorial de la Historia de los Templos de España, comenzado con entusiasmo unos meses antes, parece venirse abajo. Con veintiún años de edad, vive inmerso en el ambiente de la bohemia madrileña y, muy probablemente, había contraído ya la sífilis que le hizo guardar cama durante varios meses al año siguiente. De su oscuro compañero de andanzas, Yldefonso Núñez de Castro, solo conservamos -además del autógrafo- su colaboración en los Templos con el dibujo de la sinogoga de Santa María la Blanca, en la que aparece el poeta guiado por un cicerone ciego.

Una costumbre muy extendida
Hoy no debemos caer en el error de considerar el episodio referido fruto de una actitud disipada y de menosprecio hacia las venerables piedras del monasterio; no. Durante el siglo XIX, la realización de autógrafos sobre monumentos históricos fue una costumbre muy extendida y practicada en toda Europa y en la cuenca mediterránea, y no precisamente por personas ajenas al Arte, sino por renombrados eruditos que con este gesto pretendían ofrecer a esas nobles reliquias su particular homenaje en un anhelo de permanencia y comunión con el objeto admirado. Vean lasugerente definición del Diccionario de la Real Academia: “Grafito: escrito o dibujo hecho a mano por los antiguos en los monumentos”.


Detalle del autógrafo de Bécquer. Foto: Laura Ramírez

La existencia de este autógrafo no era más que una leve murmuración, un inseguro dato con vago aroma a leyenda dramática o histórico lirismo. Algunos, en Toledo, habíamos tenido noticia de él; sin embargo, tras rastrear en la obra de la larga nómina de becquerianistas (Benito Revuelta, Montesinos, Gamallo, Schneider, Pageard, Iglesias Figueroa o Sebold, entre otros) encontramos que solo Adolfo de Sandoval lo cita de oídas, con errores y sin consistencia, perdiendo credibilidad la narración. Todo seguía siendo inseguro, impalpable; hasta que llegó la comprobación, y allí estaba.

Entre los años 1911 y 1915 resurge con fuerza la figura de Bécquer: apartados diarios en prensa, homenajes municipales y académicos, colocación de lápidas conmemorativas -se instala, incluso, un armarito en la plaza de Santo Domingo el Real de Toledo con ejemplares de las Rimas a disposición del público), y el intento de compra, por parte de un grupo de literatos madrileños, de la casa que habitaron los hermanos Bécquer en la calle de la Lechuga, a partir de entonces llamada calle de los Bécquer.

Por fin, el libro publicado en 2010 por Jesús Cobo -Alejandra (y otros temas becquerianos)- hace importantes desvelos en torno al hecho.

35 centímetros, A 5 metros de altura
En El Eco Toledano del 25 de febrero de 1915, Juan Moraleda y Esteban anuncia el grafito -aunque calla su ubicación por temor a que pudiera perderse- y alude a su intención de fotografiarlo. El erudito justifica el hecho como testimonio de la extraordinaria admiración que le producía al poeta -la portada del convento-, y lo califica de sencillo y tierno episodio y delicado testimonio. Al día siguiente, el Diario Toledano, en un anónimo de la redacción, revela su lugar de emplazamiento, a lo que contesta Juan Moraleda inmediatamente, un tanto molesto por la intromisión. Esto indica que, aunque Moraleda cita como fuente de su información a José Casado del Alisal, amigo íntimo del poeta, ya se conocía su existencia, quizás porque en esa época aún era visible desde el suelo. Aunque el autógrafo se halla a más de cinco metros de altura, tiene unos 35 centímetros de longitud.

¿Pero qué llevó a Gustavo y a su amigo a plasmar sus nombres sobre la portada? No lo sabemos con certeza. Su deseo de inmortalidad literaria es bien conocido, pero la existencia de una firma anterior (Ulibarri 1849) pudo suponer asimismo un acicate. Este tercer grafito, por su posición perpendicular al suelo, se ve con facilidad hoy en día. Además, a muy pocos metros de la calle de San Clemente, se conserva en la iglesia de San Pedro Mártir -junto a la tumba de Garcilaso de la Vega- la joya plateresca sobre la que años después escribió un artículo Gustavo Adolfo y que debió de conocer en la misma época: el sepulcro de los condes de Mélito, en el que también encontramos otro escrito (Rafael de Castro 1845).

Autenticidad fuera de duda
En cuanto a la autenticidad de nuestro grafito, queda fuera de toda duda. Aunque deteriorado, ya que se realizó sobre el mortero -hoy, en mal estado- aplicado en la restauración ejecutada en 1795 por disposición del cardenal Lorenzana, y conociendo la volubilidad de la caligrafía de Bécquer, el informe grafológico de Valle García no deja lugar a dudas, y un sencillo cotejo con algunos autógrafos del autor reitera nuestra afirmación.

Al cumplirse ahora ciento cuarenta años de la publicación de las Rimas, sería deseable que se conservara intacta el ansia de permanencia y eternidad que tan emotivamente mostró en la rima XLV (Quién, en fin, al otro día,/ cuando el sol vuelva a brillar,/de que pasé por el mundo,/ ¿quién se acordará?)y en la tercera carta de Desde mi celda este huésped de las nieblas, este poeta que tanto temía habitar el olvido.




Manuel Palencia

http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/30409/Becquer_grafitero

viernes, 6 de abril de 2012

Santa Caridad

“Teniendo cercado el Rey D. Alfonso VI a la ciudad de Toledo, y en el año del nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo de 1085 y del año que España entró a conquistar carife Abencey y Muza, asías Azagre, capitán de los moros de África de trescientos sesenta años, en el Real de los cristianos moría mucha gente, así de heridas, como de enfermedad y que algunos se ahogaban en el río y queriendo poner remedio y enterrarlos se juntaron el Cid Rey de Díaz, a quien el dicho rey D. Alonso dejó en esta Ciudad, por general y Gobernador, después de haberla ganado, muchos caballeros y gente principal entraron al Real, los dos que fueron capitanes, Antonio Téllez de Toledo y Suero Gómez de Gudiel y platicaron como se pudiera dar eclesiástica sepultura a los difuntos y acordaron de hacer una Hermandad de Cofradía, con el título de llamarla Santa Caridad, y para mejor poder sepultar a los difuntos, suplicaron al Arzobispo de Toledo D. Bernardo, natural de Francia, y primer Arzobispo de Toledo, que hubo después de la toma de Toledo del poder de los moros diese una Cruz e Insignia, para hacer tales enterramientos y les señalo que de un árbol verde desgajasen un ramo y pusiesen en él un Cristo y se tuvieses la Insignia como la que tiene hoy y les señalo que en todas las procesiones que la Santa Iglesia hiciese y enterramientos de Reyes, Prelados, Canónigos y prebendas de dicha Iglesia, fuese la Cruz de la Santa Caridad, en el más preeminente lugar”.